Para ir comprendiendo la problemática colombiana, necesitamos remontarnos hacia principios del siglo XX, cuando se produjeron una serie de hechos que dejarían estampado su sello para siempre.
La injerencia norteamericana en los asuntos internos de Colombia data de mucho tiempo atrás y fue agudizándose hasta llegar a lo que hoy se padece en el riquísimo suelo hermano.
En noviembre de 1903, por medio del tratado Hay-Bunan-Varilla, se concedió el uso perpetuo del Canal de Panamá al gran imperio del norte.
Este hecho se produjo luego que Estados Unidos favoreciera la secesión de la provincia colombiana de Panamá, a pesar de la reticencia de Bogotá a dejar en manos de Washington la administración del Canal.
Pasaban a sus nuevos “propietarios” una zona de 8 kilómetros de cada lado del mismo y la soberanía absoluta de toda el área.
En 1926 se firmó el tratado de alianza que apuntó a conferir a Washington derechos especiales que convertían a Panamá en un nuevo estado de la Unión.
Desde allí implementarían su control sobre la región.
“America para los americanos”
El paso siguiente fue la consumación de la Doctrina Monroe, obra gestada por el presidente norteamericano James Monroe, quien el 2 de diciembre de 1823 expuso en un mensaje al Congreso norteamericano los principios en que basaba su doctrina.
Monroe proponía rechazar toda intervención europea en los asuntos del continente americano, con lo que daba paso a la aplicación de la política exterior de los Estados Unidos, hacia la construcción de un bloque continental bajo dominio yanqui.
Monroe, ambicioso expansionista, expresó con orgullo: “la persistencia en una mala conducta o una incapacidad que desemboque en un relajamiento general de los lazos propios a una sociedad civilizada pueden hacer necesaria a fin de cuentas, en América como en otras partes, la intervención de alguna nación civilizada”.
En 1903 el broche de oro a este criterio conocido como “corolario” de dicha doctrina, lo pone el presidente Theodore Roosevelt: “en el hemisferio occidental la adhesión a la Doctrina Monroe puede obligarlos en los casos flagrantes en que se encuentren ante este tipo de mala conducta, o ante este tipo de incapacidad, a ejercer aún a pesar de su propia repugnancia a hacerlo, un poder internacional de policía”.
Se va dando forma al proyecto que duraría hasta nuestros días.
Consecuencias siniestras
En 1989 el ejército intervino en Panamá para derrocar al general Noriega, quien fuera agente de la CIA en la década del ’70.
Este presidente facilitó intercambios de drogas y armas a los contra nicaragüenses, garantizándoles a la vez su protección militar, apoyo, cuentas bancarias, mientras contaba con la anuencia de Estados Unidos, que obsesivamente buscaban la desintegración de la guerrilla sandinista dando carta blanca a lo que fuera necesario, con tal de alcanzar su meta.
En 1998, durante su campaña política que luego lo llevaría a la presidencia de todos los colombianos, Andrés Pastrana promete la implementación de un “Plan Marshall por la paz”.
Hace alusión con ello al plan de injerencia económica, militar y cultural que Estados Unidos fomentó en Europa luego de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente norteamericano, Bill Clinton, por su parte, propone un plan “antidrogas” que permite el ingreso de instructores civiles y militares en el país.
Con permiso para entrometerse
El 9 de agosto de 1999 Pastrana anuncia el preparativo del Plan Colombia, que no es ni mas ni menos que la pantalla para el ingreso de fuerzas yanquis en el país, dirigidas por el General Mc Caffrey desde Washington, que arrancarían la vida a miles de campesinos, civiles, marxistas y seguidores de la teología de la liberación.
Este hombre del ejército norteamericano, cuenta con un frondoso historial perverso, según describe el periodista neoyorquino, Seymour Hers, una comisión blindada bajo el mando de este personaje, masacró a 350 soldados iraquíes desarmados, el 2 de mayo de 1999, dos días después de anunciado el cese al fuego en la absurda guerra contra Irak.
Bajo esas ideas y acciones está hoy el destino de los colombianos.
El general propuso trasladar a Colombia los métodos aplicados por Oliver North en Nicaragua, o sea, el uso de las fuerzas paramilitares.
Recursos petroleros
Y todo lo que planean no es porque sí nomás, de hecho el país es para el gran imperio del norte, uno de los proveedores interesantes de petróleo, que hoy está bajo “amenaza de una guerrilla marxista”. El norte necesita tener el control de esos recursos petroleros, tengamos en cuenta que Colombia es el séptimo país exportador hacia el imperio y el tercero de América Latina, siguiendo en orden a Venezuela y México.
Lawrence Meriage, vicepresidente de la Occidental Petroleum, tipo cínico y déspota si los hay, en una entrevista al diario El Tiempo, aseguró que para defender los derechos de las transnacionales “no hay otra solución, Estados Unidos debe proporcionar el garrote”.
Por su parte las empresas Harken Energy, BP-Amoco, Repsol, Coca Cola, Drummond (compañía carbonera de EEUU) y Nestlé utilizando el método propuesto por Meriage, se valieron del garrote y las armas de los paramilitares, causando millones de desplazamientos de campesinos, quienes fueron alejados de sus viviendas en el campo, cuando no directamente asesinados.
Resulta importante recordar: el 13 de febrero de 2004 las FARC derribaron una avioneta Cessna tripulada por cuatro norteamericanos, que realizaban trabajos de inteligencia. En el hecho murieron un militar de esa nacionalidad y uno colombiano. Los otros tres fueron apresados por la guerrilla, permaneciendo aùn en su poder.
Dicha máquina contaba con un sofisticado equipo de comunicación satelital, un mecanismo experto de localizaciòn y monitoreo de móviles humanos, un sistema de mira infrarroja y un modernísimo localizador aéreo de personas.
Estos agentes trabajaban para la empresa privada “California Microwave Systems, adscripta a la Northrop Grumman empresa que suministra sistemas de vigilancia al Ejèrcito.
El ex militar que comandaba la nave era un veterano de la guerra de Corea y Vietnam…
La llamada “democracia colombiana”
El 12 de octubre del año próximo pasado en toda Colombia se manifestaron alrededor de un millón y medio de personas contra la reelección del presidente Alvaro Uribe y además contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC) contra la pobreza y el desempleo.
Fue esta la mayor expresión de disconformidad hacia el presidente desde que comenzó su gestión, sometido como es fácil imaginar a los designios yanquis, llevando una política represiva totalmente incoherente con los mensajes de paz que lanzó durante su campaña electoral.
Fueron conocidas en el mundo sus declaraciones en las que manifestó “El 7 de agosto de 2006 no entregaré el poder a unas manos blanditas”, o sea que el mismo mantendría el garrote del que hablamos antes, para hacerlo caer sobre el lomo del pueblo.
Vemos con ello cual es el proyecto real de este personaje que dice y se desdice con la misma facilidad con que se pone de rodillas ante el imperio más feroz del cual tenga conocimiento el mundo.
Colombia se ve envuelta en una etapa de creciente uso de la fuerza como mecanismo para enfrentar a los movimientos insurgentes y de paso a la oposición social y política, sea de donde fuere que viniera.
Durante su campaña electoral, este señor que hoy maneja el poder de su tierra, aseguró muy ligeramente que sometería a las guerrillas en muy corto tiempo para así instalar la paz en el territorio.
No lo logró al menos hasta el momento pese a sus arduos desvelos al respecto, no obstante continúa con su proyecto apoyado económicamente –y de todas las formas- por los Estados Unidos de Norteamérica.
Militarización acelerada
Para ello puso en marcha la política de Seguridad Democrática, una fuerte combinación entre la militarización de la vida de los colombianos y el fortalecimiento de las fuerzas armadas nacionales.
Según Uribe “todas las personas en Colombia, están obligadas a apoyar militarmente al ejército -y con eso- a sus crímenes.
Las invitó para el efecto a conformar una red de apoyo activa, con un millón de informantes y otra red de cooperantes y con el propósito de aumentar esas fuerzas en un futuro cercano.
Entre los cooperantes se encuentran integrantes supuestamente desmovilizados –en la realidad no lo son- de los grupos paramilitares. Por supuesto el dinero ofrecido juega un papel importante, tentador... .
No se detuvo allí Alvarito, creó luego los programas Soldados Campesinos y Guardabosques, donde también se insertaron grupos denominados falsamente “ex” paramilitares.
No termina allí la proeza del presidente colombiano, tenaz y obcecado, logró que el dinero del Plan Colombia y el Plan Patriótico multiplicara la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas. Por supuesto la tecnología avanzada también cumpliría un papel descollante en el plan criminal.
Gringos por todos lados
El presidente necesitó para “pulir” dicho proyecto del asesoramiento de 400 oficiales norteamericanos, como fuerza terrestre quienes junto a 200 mercenarios actuando como fuerza aérea -allí llamados contratistas-, desarrollarían el control en vastas regiones, donde supuestamente habría “refugios de terroristas”.
Pero Uribe, sabiendo que su imagen está muy deteriorada para el pueblo colombiano, pensó que debía tratar de recuperar la confianza perdida en las instituciones, en las Fuerzas Armadas, sobre todo, y creó una consigna útil para especialmente recuperar las alicaídas economías regionales donde el turismo ocupó siempre un lugar central.
Inunda con afiches en los cuales aparecen soldados y tanques acompañando a turistas hacia los lugares de recreo, con una frase invitante “QUIERE A COLOMBIA, VIAJA POR ELLA”.
Muy mal asesorado en turismo, semejante propaganda podría decirse que aparenta ser una invitación al paraíso del terror, no muchos aceptarían un viaje de placer rodeado de criminales armados hasta los dientes y evidentemente del cual no sabrían si regresan, incongruencia rotundamente tragicómica.
La realidad colombiana de hoy nos indica que:
28.160 mil colombianos viven por debajo de los índices de pobreza. 3 millones de campesinos han sido desplazados en forma violenta de sus lugares de residencia. 3 millones de colombianos fueron excluidos de los hospitales públicos clausurados por orden presidencial y por la ley 100 que convirtió a los enfermos en un excelente negocio lucrativo que beneficia al capital privado. 1 millón de campesinos no tienen tierras donde trabajar. 2,5 millones de niños son empleados como esclavos, en el mejor de los casos, para poder sobrevivir. 17.490 empleados públicos fueron echados a la calle, bajo el sucio argumento de “reestructuración del estado”. 125 mil colombianos son víctimas de detenciones acusados de terrorismo.
La otra cara de Colombia
Pese a la “firme voluntad del presidente de todos los colombianos de establecer definitivamente la paz”, en el territorio continúa reinando la barbarie y eso no lo puede negar este títere por mas mentiras de las que se valga. De hecho su proyecto no tiene nada que ver con la paz.
Entre enero y septiembre de 2003, fueron desplazadas forzadamente 175.720 personas, otras 684 fueron desaparecidas y entre junio de 2002 y mayo de 2003 corrieron el mismo destino 126 sindicalistas.
La situación en las cárceles es aterradora, entre los meses de enero-junio de 2004 la población pasó de 62.074 detenidos a 66.892.
El hacinamiento que sufren las personas privadas de su libertad, durante el período de Uribe, llega al 37 por ciento.
Los controles a la población civil son ejercidos por la red de informantes que, según datos oficiales, en estos momentos asciende a dos millones y continúa en aumento.
Todo rememorando la peor etapa de la Doctrina de la Seguridad Nacional, los ojos de los aparatos de control se posan en los líderes sociales, recordemos que entre septiembre de 2002 y noviembre de 2003 se encarcelaron 5657 personas, todos tildados de terroristas o colaboradores de la guerrilla de los cuales luego mencionaremos a algunos.
Un hecho paradigmático se produjo cuando, ante la ausencia de pruebas que indicaran que de 143 personas detenidas en el departamento de Sucre en un solo operativo, sólo 15 de ellas fueron encontradas culpables de hechos ilícitos, con lo que obligadamente debieron liberar a 128. El Fiscal General de la Nación, amenazó con la destitución del fiscal que llevaba el caso, iniciando una denuncia penal en su contra por supuesto delito de prevaricato.
Al mismo tiempo la Ministra de Defensa, muy democrática ella, aseguró que “volvería a capturar a los liberados”.
¿Cuál es el castigo a los detenidos?
Dado que al ser detenida alguna persona pasa a ser considerada auxiliar de la guerrilla, las consecuencias que padecen son dignas del peor cuento de horror.
Los que son considerados “merecedores” de la pena de muerte, una vez detenidos son presentados ante los medios de información como colaboradores de los grupos insurgentes aún sin serlo. Al no poder presentar pruebas de ello, deben ser liberados, pero dura poco su paso por la vasta geografía colombiana, ya que a los pocos días de su liberación son asesinados.
Los organismos de derechos humanos, que levantan sus voces cuestionando estos procederes, según este maldito personaje vestido de presidente de los colombianos, son llamados “traficantes de derechos humanos y defensores de los intereses terroristas”.
Un poco de historia
Hace más de 50 años la violencia se instaló en Colombia; una historia de traiciones, conspiraciones, mentiras, se fue desarrollando con cada uno de los presidentes, los que fueron incapaces de encontrar una solución real, política, tal como lo requiere la situación allí instalada.
No obstante, el discurso empleado en la campaña política por cada uno de los que luego tratarían de manejar los destinos colombianos, fue la promesa de “trabajar por la paz” y para ello sometiendo a la guerrilla.
Así fue como en cada momento de “asunción de mandato” muchos imaginaban la desarticulación definitiva de los grupos insurgentes.
Sin embargo no vieron sus aspiraciones concretadas, sino todo lo contrario, la insurgencia se fue desarrollando y creció concentrando sus fuerzas, tanto es así que alcanzaron a tomar prisioneros a muchos oficiales del ejército convencional, entre otros avances.
Incluso hasta los agentes estadounidenses antes mencionados.
Vanos fueron los supuestos esfuerzos del presidente y sus siervos por liberarlos del control guerrillero, la guerrilla plantea un interesante canje de prisioneros desoído por el propio gobierno.
Los medios de información internacionales, dedicaron amplios espacios destacando a fines de 2003 el éxito de las conversaciones entre Uribe y los grupos paramilitares. Preso de una gran euforia triunfalista, este señor salió a anunciar que hacia finales de 2005, luego de arduas negociaciones, estaría desmovilizado el movimiento paramilitar, hecho con el que pretendìa ganar la fama de valiente.
De hecho en octubre de 2003, un grupo de mas de 870 de ellos trató de convencer que lo hacía, la prensa internacional, cómplice de los gobiernos sometidos cobardemente, se encargó de desplegar el informe cínico. La CNN, órgano fundamental del imperio, dedicó amplios espacios para que el mundo fuera testigo del hecho inédito, patriótico, que se vivía en Colombia.
Uribe sintió que ello levantaría su alicaído prestigio, pero le falló la intuición.
Fue vox populi que los paramilitares desconcentrados, que entregaron sus armas en un acto público, eran una mezcla de delincuentes comunes y milicianos paramilitares. Otra mentira que muchos creyeron.
Uribe, con el cinismo que lo caracteriza, se lanzó a exclamar que había sido “engañado”.
Los paramilitares, siniestros asesinos a sueldo, continúan alzados en armas, cometiendo las tropelías que les son habituales, con la complicidad del aparato de gobierno. Un juego perverso y tan malintencionado como históricamente tantos se realizan en el país.
Las armas entregadas en el acto antes mencionado eran obsoletas, inservibles, no las que realmente utilizaban para sus asesinatos.
No obstante esa supuesta vergüenza pública, Uribe continúa su ardua tarea de favoritismo hacia ese grupo; el Ejército colombiano por su parte continúa identificado con esta organización, que despliega su espurio accionar expandiendo su fuerza en los barrios, asesinando a los opositores, cobrando impuestos –“vacunas”- a los comerciantes y hasta a las mismas autoridades oficiales.
Nacimiento del paramilitarismo
El 9 de abril de 1948 fue asesinado el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, hecho que se produjo cuando estaba reunida la Conferencia Panamericana para aprobar una declaración anticomunista denominada Carta de Bogotá.
El magnicidio produjo un levantamiento espontáneo del pueblo seguidor incondicional de la propuesta política de Gaitán.
Por supuesto las oligarquías no estaban dispuestas a tolerar ese levantamiento masivo que se conoce como “El Bogotazo”, elaboraron un plan cuidadosamente articulado con asesoría y apoyo del aparato militar desatando una feroz represión con el fin de terminar con el levantamiento espontáneo.
Surge así un grupo paramilitar conocido como “Los Pájaros”, nombre adquirido porque su llegada al escenario de la acción la hacían en avión, cometían sus crímenes y se alejaban del lugar con una rapidez increíble. La otra banda era la “Chulavita” en alusión al pueblito que llevaba ese nombre y que en Colombia es conocido por su radicalizado conservadurismo laureanista.
(Esto se refiere a que sus componentes eran seguidores de Laureano Gómez Castro, quien fuera presidente en el año 1948, personaje nefasto que dejó entre otras aberraciones el recuerdo de sus frases célebres: “Dios y Laureano” o “el rojo es señal de peligro”.
Fue derrocado por el golpe que instaló en el poder a Rojas Pinilla en junio de 1953, pero la bestialidad siguió reinando).
Estos personajes actuaban al servicio de los latifundistas, quienes temían que sus bienes fueran perjudicados y cuyo objetivo final era el exterminio de los que se opusieran a sus planes de política de entrega.
Esta etapa de violencia duró diez años y costó la vida a 300 mil colombianos.
Luego los grupos paramilitares pasaron a ser parte de una larga tradición de las oligarquías nacionales, el uso de la fuerza, el crimen, las desapariciones se volvieron una constante.
Es conocida por el mundo la alianza que existe entre los grandes políticos, los narcotraficantes y los paras, quienes comparten el poder político y económico del país, detentan todos los mismos objetivos: proteger sus intereses del “peligro revolucionario”.
Como contrapartida a tanta represión hacia el campo popular, surge el movimiento insurgente de neto corte campesino, popular, que dirige su accionar ya no sólo contra las estructuras armadas del Estado, sino también contra los grandes terratenientes, caudillos políticos, comerciantes.
Podemos asegurar que así como el paramilitarismo nació en el seno de los grandes propietarios y políticos, encontró rápidamente apoyo en la derecha colombiana.
Son parte de una estrategia de guerra diseñada para combatir los llamados conflictos de baja intensidad.
En julio de 2004 con el beneplácito de Uribe y legisladores que apoyan el accionar paramilitar, tres de sus máximos dirigentes fueron recibidos en el Congreso. Se los consideró “héroes de la democracia y salvadores de media República de las garras del comunismo”, discurso en el que agregaban “que la sociedad está en deuda con ellos y que el sacrificio patriótico no se les puede pagar con cárcel”.
En esos términos.
A mediados de los años 80 con el fin de fortalecer su accionar, contrataron los servicios de mercenarios internacionales, oriundos de Inglaterra, Sudáfrica e Israel. El mas conocido entre estos últimos fue el teniente coronel del Ejército israelí, Yair Klein, quien a su vez contó entre sus alumnos mas destacados, con Carlos Castaño, hombre que hasta hace muy poco tiempo fue el jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, asesinado luego por gente de su misma calaña.
De todas maneras, las alianzas con grupos mafiosos siempre presentan algunos inconvenientes internos causados por los grandes intereses monetarios que los envuelven.
Así fue como con el tiempo, luego de cuestiones encontradas entre Castaño y Pablo Escobar, el primero pasó a integrar la cúpula del grupo “LOS PEPES” (Perseguidos por Pablo Escobar.)
Castaño logró que el paramilitarismo se extendiera a todas las regiones de Colombia, por supuesto con la complicidad del Estado colombiano.
Prueba de ello la brinda la legitimación alcanzada por las Cooperativas de Seguridad Rural (CONVIVIR) entre 1994 y 1995.
Esta organización, por otra parte, instó en distintas zonas del país a que la población contribuyera con la lucha antiguerrillera, orientando y adoctrinando informantes.
Hoy además de gozar del amplio apoyo del presidente Uribe son el brazo armado de la ultraderecha colombiana y la fuerza militar de los narcotraficantes.
A esta fuerza de choque complementaria y alternativa al Ejército, Uribe durante su campaña presidencial la denominó “2° Ejército”.
Lograron penetrar todas las instituciones militares, civiles, religiosas. Se sabe de su actuación dentro del parlamento, tribunales de justicia, fuerzas policiales, militares y secretas, universidades, centros deportivos.
En las estructuras privadas penetraron el comercio, la industria, los transportes, medios de comunicación, instituciones financieras y bancos.
Valiéndose del negocio narco construyeron estadios deportivos, escuelas, hospitales, barriadas pobres, casinos militares.
Incluso muchos de ellos llegaron a ser parlamentarios, diputados, concejales, alcaldes, gobernadores y hasta rectores de universidades.
Un proyecto criminal asentado en las mas altas esferas del Estado.
En estos momentos en que el gobierno utiliza un nuevo mecanismo aberrante, la extradición a Estados Unidos de Norteamérica de los detenidos considerados peligros para la nación, no transitan el mismo camino las bestias del terror cometan lo que cometan.
Hacia finales de setiembre del año anterior se dieron a conocer unas grabaciones secretas de las conversaciones mantenidas por el comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, hombre, por supuesto, cercano al presidente.
En dichas cintas pudo escucharse cómo Restrepo aseguraba a la comandancia de las AUC que Uribe estaba trabajando arduamente para evitar que fueran enviados al país del norte algunos narcoparamilitares -detenidos por manejar el negocio de las drogas- y a su vez que se estaba preparando en el país un simulacro de juicio que impediría que los asesinos pudieran ser juzgados por la Corte Penal Internacional.
Durante más de 10 años la Central de Inteligencia norteamericana (CIA), colaboró con la formación de estas organizaciones, utilizando el frágil argumento de la lucha contra los carteles de la droga.
Los últimos años aumentó el apoyo a través de su ayuda a las Fuerzas Armadas colombianas, a la vez que aceptó el vínculo de éstas con el narcotráfico.
Hoy mencionar al aparato paramilitar es hablar de una salvaje agresión social.
Uribe, un hombre agradecido...
Una de sus máximas aspiraciones sería la de lograr para el narco-paramilitarismo una salida política y su legitimación. De esta forma, si alguno pudiera ser acusado de algún delito el castigo sería mucho menor en el caso que lo hubiera.
Por otra parte los 6 millones de hectáreas de tierras cultivables en las mejores zonas de Colombia y los 4 mil millones de dólares que los paramilitares tienen en bancos internacionales, sería legalizado también.
Logrando esta instancia, Uribe demostraría a sus aliados que es un hombre reconocido con sus amigos... .
En setiembre de 2004 los paramilitares asesinaron en la frontera con Venezuela –Arauca-, a 6 militares y una ingeniera venezolana. Uribe trata denodadamente de imputarle la masacre a las FARC.
Con ese motivo planean la ejecución de un plan de movilización masivo, formado por tropas estatales y paraestatales y con amplia colaboración yanqui.
Este se desplegaría hacia los más de 2 mil kilómetros de línea fronteriza con Venezuela. Con estas acciones se cumplirían dos objetivos primordiales: los Estados Unidos resguardarían sus intereses petroleros del lado colombiano, contra el proyecto que Hugo Chávez adelanta en su zona limítrofe.
Se concentraría allí un número importante de efectivos militares y paramilitares, lo cual podría ser utilizado como elemento de hostigamiento al proyecto bolivariano, -como ocurrió en los años 80 con la contra nicaragüense asentada en territorio hondureño y costarricense-.
Es importante recordar que la Occidental Petroleum Company, una de las principales compañías petroleras es una de las patrocinadoras del Plan Colombia.
Explota el pozo petrolero de Caño Limon, en Arauca, pegado a la frontera con Venezuela, a la vez que controla el oleoducto que trasporta el crudo hacia la costa del caribe colombiano.
Por otra parte la compañía Harken Energy, posee también intereses petroleros en la región oriental de Colombia. Uno de los principales accionistas de la primera, es nada mas ni nada menos que Beorge W. Bush.
No podemos entonces, a esta altura de los acontecimientos, dudar hacia dónde convergen los proyectos macabros que se gestan y dan forma en el riquísimo territorio colombiano.
Violaciones de Alvaro Uribe
El pasado 13 de diciembre, el mundo recibió otra demostración de la bajeza moral, ética, humana, de este personaje que dirige los destinos colombianos.
En una actitud de prepotencia digna mas de un matón que de un presidente de Estado, invadió la soberanía de Venezuela, país hermano y unido por una fuerte relación comercial desde épocas remotas.
El hecho tiene su origen a partir del secuestro y detención de Rodrigo Granda, miembro de las FARC-EP y presentado ante la opinión pública internacional por la prensa mundial como “canciller de las FARC-EP”, en la ciudad de Caracas.
Con el descaro que lo caracteriza, el ridículo presidente colombiano, luego de insistentes negaciones reconoció haber pagado una fuerte suma de dinero para que un comando caza recompensas sacara de Venezuela al representante político internacional de la fuerza guerrillera, para entregarlo luego en la fronteriza ciudad de Cúcuta, al noreste de Colombia.
Si bien no habló de lo cuantioso de su recompensa, se supo que era algo así como un millón y medio de dólares.
Uribe también ofrece una cantidad espeluznante de dinero, (dos millones y medio) por la captura de Manuel Marulanda Vélez, líder del movimiento guerrillero y otro tanto por Jorge Briceño, comandante de alto grado en la guerrilla.
El ministro de Defensa colombiano expresó que “se hará lo que se tenga que hacer, sin violentar los acuerdos internacionales y la ley internacional, para poner a buen recaudo a los jefes de esos grupos”.
En Venezuela la indignación por semejante hecho violatorio de la soberanía, no dejó de hacerse notoria.
El militar retirado y ex jefe policial Eliécer Otaiza, estrecho colaborador del presidente Hugo Chávez Frías, sugirió la participación de la Central de Inteligencia (CIA) en el vergonzoso acto.
Para el presidente Uribe el programa de recompensas se convirtió en algo corriente.
Estos hechos gravísimos, que dejan como precedente hasta donde puede llegarla degradación humana, causaron la disconformidad absoluta del presidente venezolano, dando un ejemplo de dignidad como contracara de la bajeza y el cinismo.
Ni bien conocido el caso, Hugo Chávez ordenó el retiro de su embajador en la nación hermana a la vez que la detención de 8 militares y 3 policías venezolanos bajo sospecha que pudieran estar involucrados en el caso a la vez que rompió la relacion diplomàtica entre ambos países hasta que el fantoche explicara su osadía.
Uribe en un primer momento negó que la detención de Granda se hubiera producido en Venezuela, pero luego se vio obligado a reconocer que “sobornó” a policías y militares venezolanos traidores del proyecto bolivariano que oxigena el continente.
Un verdadero escándalo político, vergonzoso y sin precedentes.
Cómo se producen los hechos vergonzosos
Rodrigo Granda estaba concediendo una entrevista al periodista Omar Rodríguez, de Le Monde Diplomatique (El Diplo).
Se encontraban ambos en una cafetería ubicada en una parada de Bellas Artes, en el metro de Caracas.
Granda en varias oportunidades recibe llamadas en su celular que le hacen interrumpir la charla. De pronto irrumpen cuatro hombres fuertemente armados, quienes abalanzándose sobre él lo tiran al suelo, le sacan sus celulares, sus pertenencias personales, su dinero y uno de ellos le arrebata su alianza de matrimonio. A empujones lo introducen en un coche con chapa venezolana. Granda comenta luego a su abogado que calcula haber pasado entre 14 y 16 horas introducido en el baúl.
Ya era noche cuando lo trasladaron a otro móvil, en ese momento pudo darse cuenta que ya estaba en Cúcuta, Colombia. Al cabo de un rato es entregado a la policía del lugar.
Sobre sus captores Granda pudo notar que eran aproximadamente 16 hombres repartidos en 4 automóviles, deduciendo que eran colombianos por las expresiones de su acento.
¿Y los derechos humanos?
Estamos frente a un caso de flagrante violación a los derechos humanos del representante y del colectivo de la misma organización y a la vez a la soberanía y al respeto hacia otro país, en este caso Venezuela.
Por su parte, Uribe se apresuró a agregar: “que los miembros de estos organismos terroristas abogan porque se los trate con base en el respeto y la vigencia de los derechos humanos...” –refiriéndose al secuestrado-. Posición absolutamente distinta a la que emplea la guerrilla que jamás viola los derechos de sus prisioneros políticos, ni tortura, ni asesina.
Resulta evidente que la inteligencia colombiana subvaloró la respuesta venezolana. El secuestro de Rodrigo Granda, con un alto precio pago por la acción, brindaba a los Estados Unidos, especialmente, la posibilidad de “demostrar” supuestos lazos entre Chávez y FARC, cosa que no consiguió.
Se sienten beneficiados para el propósito vigente de constitución de un proyecto regional de inteligencia, la creación de una policía regional y la facilitación de intercambio de pruebas judiciales.
Rodrigo Granda fue mostrado por los medios internacionales, rodeado de un gran aparato represor armado hasta los dientes. No obstante, su moral revolucionaria se mantenía en alto, pudimos oír su grito de “Vivan las FARC” “Viva Manuel” mientras se lo mostraba como un trofeo ganado a la fuerza guerrillera...
¿Resurge el Plan Cóndor?
El 16 de diciembre de 2004, en Caracas, el Ministro de Defensa colombiano, Jorge Uribe, respondió a la pregunta que le hicieran sobre el supuesto respaldo de Venezuela a las FARC: “si tuviera una convicción y pruebas de que eso fuera así, yo no estaría acá”. Desde luego ese razonamiento luego fue echado por tierra, mentir al mejor estilo fascista que se vale del viejo axioma “miente mil veces que algo quedará”.
El vocero de la APDH de Ecuador, país que comparte frontera con Colombia, integrante del grupo de monitoreo del Plan Colombia, Alexis Ponce, advierte sobre la reedición del Plan Cóndor, que tantas víctimas causara en nuestros pueblos del cono sur.
En pleno desarrollo del II Congreso Bolivariano de los Pueblos, no sólo se produjo el secuestro de Rodrigo Granda, sino también el de militantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), organización que también despliega su accionar en Colombia contraponiéndose al igual que las FARC al terrorismo de Estado que padecen. El secuestro de estos militantes se produjo en la frontera colombo ecuatoriana.
Ponce, en entrevista otorgada a las Madres de Plaza de Mayo, realizada por tres periodistas, respondió a la pregunta que le hicieron acerca de la detención de Rodrigo Granda y expresó: “Yo creo que después de transcurrido este tiempo ya estamos en condiciones de pensar dos cosas. La primera que Colombia a través del gobierno del señor Alvaro Uribe Vélez, se está convirtiendo en una especie de Israel del Medio Oriente, pero en los Andes...”. Agregando luego: “...los militares colombianos, la política del poder colombiano, ejercida sobre toda la región indicaría que estamos frente a la lenta e impune construcción de un fenómeno inédito que desde Colombia quiere expandirse al resto de la región...”.
Alexis Ponce llama a esto “configuración del primer Estado paramilitar en democracia en América Latina”, vinculando ello con el papel que desempeña Israel en el Medio Oriente.
El mismo luchador considera que lo sucedido con el vocero de las FARC-EP responde a una estrategia que tiene a Estados Unidos por detrás, y del mismo modo a las inteligencias de Israel y de otras potencias.
La segunda tesis que sostiene Ponce es la referida al Plan Cóndor, antes mencionado, sosteniendo su postura con un comentario: “...debemos tener en cuenta las conversaciones recientes, en octubre nomás, de uno de los jefes militares más importantes de los Estados Unidos, un coronel del comando Sur, según quien todos los grupos marginados en América Latina, como los piqueteros en Argentina, los cocaleros en Bolivia, los Sin Tierra de Brasil, los indígenas de Ecuador, los círculos bolivarianos de Venezuela, los agricultores de Paraguay son grupos altamente desestabilizadores que pueden ser llamados terroristas... . Es evidente que estamos frente a un proyecto de dimensiones nunca antes vistas, y que amaga cobrarse muchas víctimas tanto entre la insurgencia colombiana como entre el resto de las organizaciones de luchadores del continente. Hecho al que debemos contraponernos todos aquellos que negamos el destino de sometimiento y servilismo en el que quieren ahogarnos. No obstante la apreciación y con sumo respeto, considero que no podemos hablar de tal operativo en el caso de Venezuela. Es importante destacar que el Plan Cóndor surgió con el consentimiento de las dictaduras que vivían nuestros pueblos, no resultando lo mismo en el caso del gobierno venezolano, que salió inmediatamente a reprobar los actos cometidos en su tierra. De todas maneras si puede compararse el hecho en cuanto al paso sigiloso de frontera vecina para secuestrar”.
Declaraciones desde Colombia
El vicepresidente colombiano, Francisco Santos, refiriéndose a recompensa pagada por el secuestro, salió a expresar con total desparpajo: “...ese es un método legítimo, lo usan acá, en Estados Unidos, en Inglaterra, en todas partes. Por ejemplo: ¿Estados Unidos cuánto está pagando por Bin Laden en todo el mundo? Bienvenidos todos los caza recompensas del mundo, para que vengan a Colombia y hagan lo mismo que hizo este comando”.
Por su parte, Uribe se apresuró a agregar: “que los miembros de estos organismos terroristas abogan porque se los trate con base en el respeto y la vigencia de los derechos humanos...” –refiriéndose al secuestrado.
Además, cuando se le consultó por qué no se le informó antes al gobierno venezolano de lo que estaban planificando, respondió que “no era necesario porque Granda no era una persona representativa. “En el Programa de Recompensas no analizamos profundamente a la persona, sino a la información y si esa información nos resulta de interés, entonces actuamos directamente”. Hasta violando soberanía… .
Repercusiones en Venezuela
Inmediatamente enterado de las acciones, el presidente Hugo Chávez Frías, elevó al mundo su voz de indignación interrumpiendo en primera instancia, las relaciones entre ambos países, a la vez que ordenó la detención de 5 guardias nacionales cuya moral Chávez interpreta que fue comprada. Ellos fueron: el teniente coronel José Humberto Quintero Aguilar. El teniente Darwin Valera Cordero. Y Carlos Castillo Ríos, Simón Rodrigo Rico, José Rodríguez Galvis, distinguidos, pertenecientes al Grupo Antiextorsión y Secuestros (Gaes), sindicados como autores materiales del secuestro.
Todas estas personas serán presentadas ante la justicia militar bajo los delitos de traición a la patria, abuso de autoridad y contra el decoro nacional.
Hay versiones que indican que los guardias nacionales entregaron a Rodrigo Granda al Grupo Antisecuestros de la Policía colombiana, (Guala), mencionando en la acción al capitán Rojas.
Luis Tascón, diputado emeverrista, agregó que en el secuestro hay implicados también funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminales, (Cicpc)
La misma fuente expresó que se trataría de un comisario activo y dos funcionarios de menor rango quienes colaboraron en la acción.
Chávez prometió que la justicia venezolana será implacable con los implicados en el escándalo que conmovió tanto al gobierno bolivariano como al resto del mundo.
Refiriéndose a la actuación de los funcionarios colombianos en su tierra, Chávez expresó: “si yo realizara un grupo comando y ofreciera recompensa por Pedro Carmona o un grupo de militares golpistas, que están ahora en Estados Unidos o en la misma Colombia, estaría cometiendo un atropello a ambos países. Se instalaría en ese caso la ley de la selva. Nada ni nadie hará salir de su posición al gobierno venezolano porque representa la dignidad del pueblo venezolano”.
Chávez se refiere a Pedro Carmona Estanga, presidente de la cúpula de empresarios, Fedecámaras, quien se juramentó como presidente de Venezuela el 12 de abril de 2002, luego de un intento de golpe que a la postre, resultó fallido.
Su “gobierno” duró lo que un suspiro, dado que un contragolpe cívico militar, coloca nuevamente en el cargo al auténtico presidente de los venezolanos, Hugo Chávez, quien llegó al poder con amplia voluntad popular.
Carmona logra escapar de su prisión domiciliaria para refugiarse en la Embajada de Colombia, donde inmediatamente le concedieron asilo político.
Mientras en Colombia...
El 14 de enero del corriente, Álvaro Uribe expidió el siguiente nauseabundo comunicado trascripto tal cual fue publicado:
1. El pueblo colombiano tiene el derecho de liberarse de la pesadilla del terrorismo.
2. La política de recompensas es un instrumento legítimo de los Estados, que ayuda en el proceso de derrotar el terrorismo.
3. Las Naciones Unidas prohíben a los países miembros albergar terroristas de manera activa o pasiva.
4. El señor Granda es reconocido y notorio vocero e integrante del grupo terrorista de la FARC.
5. El señor Granda participó en un Congreso Bolivariano realizado en Caracas los días 8 y 9 de diciembre de 2004, en representación de las FARC.
6. La Policía de Colombia ha explicado de manera clara y contundente que no ha violado la soberanía de Venezuela.
7. El gobierno de Colombia reitera al mundo entero la necesidad de ayudarnos en la captura de los terroristas que han secuestrado, masacrado y empobrecido al pueblo colombiano
8. El gobierno de Colombia reitera su propósito de tener constructivas relaciones con el gobierno y el pueblo de Venezuela.
9. También propondremos nuevamente al gobierno de Venezuela la creación o activación de un mecanismo binacional para examinar los hechos que los gobiernos estimen conveniente.
Sumamente agitada fue la agenda en los días siguientes al secuestro del dirigente político de las FARC-EP.
1. Colombia reconoce que pagó por la captura de Granda.
2. El vicepresidente venezolano Rangel compara el secuestro con el accionar del conocido Plan Cóndor.
3. Chávez rompe relaciones con el gobierno de Uribe.
4. Uribe levanta el consejo de ministros.
5. El periódico estadounidense Washington Post acusa a Venezuela de ser “santuario de las FARC.”
Periodico Washington Post opina al respecto
El periódico estadounidense en su editorial, hace una alusión directa a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), tildándola como es fácil suponer, de organización terrorista.
En el mismo editorial deja expresada su crítica al gobierno de Hugo Chávez Frías considerando que Venezuela se convirtió en el “santuario de la guerrilla.”
En el mismo espacio, advierte sobre la compra a Rusia de 40 helicópteros, 100 mil fusiles y aviones de combate MIG-29.
Alega que sienten especial preocupación por Colombia desde que se produjo la detención del guerrillero, al cual se le había dado “santuario en Venezuela”.
También es causal de preocupación para EE.UU. los pasos dados por Chávez y que “fueron ignorados por la comunidad internacional.”
Entre estas últimas figuran:
•La ley que permite expropiar tierras que pertenecen a ganaderos venezolanos, llamando a este hecho, asalto a la propiedad.
• La medida que pretende cerrar o multar a medios de comunicación opositores que “ofendan el orden público”.
• El código que criminaliza las protestas antigubernamentales,
• Los esfuerzos realizados por el gobierno venezolano, por su política exterior de la de Estados Unidos y otros países vecinos.
Además el periódico señala que la revolución bolivariana socava los “fundamentos de la democracia” en Venezuela.
De paso tampoco ahorra críticas sobre la “pasividad y complicidad de Estados Unidos y los países vecinos”...¡¡¡ !!!
El Washington Post señala que “hace una generación atrás las políticas como las que hoy implementa el gobierno venezolano, hubieran producido una reacción en otros países, instando a la salvación del país que hoy implica este gobierno”.
“Hasta hubieran exigido una intervención militar del imperio”.
Y “considera que la suave reacción de los Estados Unidos puede interpretarse como un especial cuidado para no poner en riesgo el petróleo que genera ese país y tanto necesita el norte”.
A partir de estos hechos muchas fueron las voces que se levantaron para manifestar la indignación que produjo el asalto a un país vecino para capturar a un representante político. La conmoción generada por semejantes acciones recorrió el mundo.
Estamos en el comienzo de una escalada de atropellos, confabulaciones, persecuciones, que debemos de todas las formas evitar que alcance su objetivo.
No fue este el primer ni único exceso cometido por el siniestro personaje que pretende ser émulo de George Bush aunque sea un simple subordinado sometido.
Uribe manifestando continuamente su ideología fascista actuó en otros hechos tan deleznables como éste, tanto contra la guerrilla fariana, como con dirigentes sociales encarcelados y hacinados en las cárceles colombianas y que podrían ser extraditados a Estados Unidos, por pedido expreso del gobierno de Washington.
Mencionaremos dos hechos recientes que nos darán un panorama del proyecto que se está gestando en Colombia y que amenaza con recorrer el continente, como ya sucedió en la época de las dictaduras sudamericanas, en la década del `70.
El caso (Sonia)
La guerrillera de las FARC-EP, Omara Rojas Cabrera, conocida como Sonia, se encontraba cumpliendo 56 meses de condena por rebelión, en la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá.
Muchas y fuertes además de vanas, eran las presiones que recibía de parte de las autoridades colombianas, por las cuales pretendían que delate a sus mandos superiores como narcotraficantes.
Ella misma lo denunció en una entrevista que en diciembre le hiciera el semanario Voz, explicando que el director general del INEP fue a hablar con ella y le aseguró que según la inteligencia militar había un plan de las FARC para asesinarla.
Por supuesto Sonia no creyó en ese argumento, conocedora como es de las características de sus camaradas y su metodología.
Sonia se encontraba en su celda permanentemente encerrada con candado, las llaves estaban en poder de un guardia que constantemente se mantenía sentado en la puerta de su celda.
Las salidas a tomar sol siempre fueron acompañadas por dos o tres guardias. Estando en esa situación ¿quién o quiénes podrían ser los que pudieran asesinarla?
Estamos en este caso, frente a una forma de guerra sicológica y de presión para que ella delate a sus propios compañeros.
El mismo día del secuestro de Rodrigo Granda, fue desaparecida por orden del gobierno del presidente Uribe.
Durante varias semanas nada se supo de ella. Frente a esta desaparición fue su abogado quien dio la voz de alarma.
El general Alberto Ospina, máximo jefe de las fuerzas militares colombianas salió a decir, el 7 de enero, que la guerrillera se encontraba en una corbeta de la marina. Sus “custodios” eran nada más ni nada menos que agentes militares norteamericanos.
La opinión pública internacional reprobó con indignación semejante actitud del Estado colombiano.
Sonia fue trasladada a una guarnición militar en un lugar desconocido del país.
Hoy la solicita la Corte Distrital del imperio, para ser juzgada en el Distrito de Columbia; ¿el motivo? Reiterado, la acusan de narcoterrorista.
Juvenal Ovidio Ricardo Palmeras (Simón Trinidad)
Uribe dio un ultimátum a las FARC en el cual “extorsionaba” que si no liberaban a 63 prisioneros de guerra, militares capturados en combate junto a políticos civiles que la organización tiene en su poder, sería extraditado a los EEUU el guerrillero “Simón Trinidad” de 54 años y con muchos dedicados al trabajo por una Colombia justa y digna.
Una acción de ese tipo, como la de extraditar colombianos a otro suelo para ser juzgados, no tiene aval en la Corte Americana de la OEA, al menos aval formal.
La decisión de llevar a cabo el proyecto fue muy criticada en Colombia. Uribe, que ya tenía elaborado su sucio plan, necesitó de una excusa que convirtiera en valedera su decisión y la ejecutó nomás. Asociado con su aparato represivo realizaron una feroz masacre de campesinos en el corregimiento de San Salvador, municipio de Tame, en el departamento de Arauca.
17 fueron las víctimas fatales, entre ellos varios menores de edad; los que sobrevivieron esa masacre quedarían marcados a fuego de por vida.
De hecho, el gobierno y los militares, adjudicaron la matanza a la guerrilla, aunque el modus operandi utilizado fue totalmente contrario a los accionares guerrilleros.
• Porque la guerrilla jamás asesina mucho menos a mujeres y niños.
• Porque FARC no entra en los poblados a caballo, esa es la forma de actuar de los paramilitares.
• Porque la zona de la masacre está bajo absoluto control paramilitar.
• Porque el bloque paramilitar asentado en esa zona no se insertó en la parodia de la desmovilización...
¿Por qué Uribe está detrás de la masacre?
Matanzas y masacres
Hace un año se implementó el Plan Patriota, pese a los esfuerzos por llevarlo adelante y las gruesas sumas de dinero empeñadas en eso, el ejército del Estado ha sufrido innumerables bajas.
Adjudicándoles la matanza a los miembros de FARC-EP legitimarían la política sucia de militarización.
Mientras Bush ordena y Uribe acata en el proyecto de “lucha común contra el terrorismo internacional y el narcotráfico”, les resulta imperioso como justificativo de sus acciones, satanizar al movimiento insurgente. Si estos son asesinos, sin dudas hay que terminar con ellos.
El pueblo colombiano mira con recelo e indignación la extradición de Simón Trinidad, así como la oferta de recompensa por la captura o información que pueda permitirles ubicar a los más altos representantes de la fuerza guerrillera.
Las tropas de Uribe aún no habían llegado al lugar de la masacre, cuando él mismo salió a acusar a Germán Briceño, conocido como Grannoble, de ser el autor de los crímenes execrables y por quien salió a ofrecer la suma nada despreciable para un amoral codicioso, de 5 mil millones de pesos.
Por otra parte, luego de la masacre, la Red de Informantes (SAPOS) de mas de 3 millones y medio de colaboradores como los que hay hoy, necesitaría contar con muchos mas para lograr la “estabilidad” en el país, recibiendo información del lugar donde se encuentran desde los campamentos guerrilleros, hasta los nexos o vínculos con que cuenten.
De hecho ni los militares ni el mismo gobierno están de acuerdo con esa cantidad, considerándola insuficiente.
En el exterior, donde hay ya mas de 4 millones de colombianos, planean crear otras redes de informantes, -sapos-.
El 2 de enero en las páginas del diario “El Tiempo” citaron a uno de los sobrevivientes de la que pasó a conocerse como la “Masacre de Tame”. El campesino aseguró que fue muy raro todo, nunca habían tenido ningún tipo de amenaza, ni tampoco pudieron saber quienes dispararon las balas que dieron en el cuerpo de los campesinos.
En el marco de todo este desconcierto que tan útil les resulta, los objetivos se irían cumpliendo.
El 31 de diciembre, Simón Trinidad fue extraditado al imperio, convirtiéndose en el primer preso político colombiano en ese nido de ratas.
El guerrillero fue capturado un año atrás en Quito, Ecuador, por un comando combinado entre agentes de la inteligencia militar colombiana y agentes de la CIA, que sin autorización del gobierno ecuatoriano, operaban en el lugar. Se encontraba en el paìes vecino bajo tratamiento médico.
Simón fue trasladado al imperio en un avión Súper King 300, de la DEA, rodeado de un riguroso control y medidas de seguridad extremas.
Dentro de lo trágico que resulta este hecho, suena hasta grotesco uno de los delitos que le infieren al líder guerrillero; se lo acusa de haber exportado poco mas de cinco (5) kilos de cocaína a EEUU.
Agregan además que brindaba apoyo a grupos terroristas y fue el causante de lesiones a terceros.
Está acusado también de la captura en febrero de 2003 de los agentes norteamericanos Thomas Howes, Marc Gonzalvez y Keith Sytanselis, cuyo avión fue derribado por la guerrilla a su paso por el sur colombiano, mientras realizaban tareas de inteligencia, hecho que ya hemos detallado.
Durante el trayecto con pasmosa entereza , Simón se dirigía a afrontar el rigor de la justicia norteamericana. Con la seguridad que define a los que saben los motivos por los que luchan, dejo bien claro a un agente del FBI que iba con el en el vuelo “que de su parte NO habría colaboración alguna, ni nada parecido”.
Mostrando la cara opuesta a la de la dignidad los dos fiscales que lo acusan leyeron frente a si los cargos en su contra: narcotráfico, toma de rehenes y terrorismo”.
El 5 de enero Simón volvió a la corte, se encontró con la novedad que le habían ampliado los cargos. Quedó aplazado el caso por seis meses.
Mientras tanto, en Colombia, el Comandante dejó esperando 96 procesos mas, uno de ellos, hasta burdo: “por robo de un caballo en Guasca”.
Al finalizar la exposición los fiscales advirtieron que el proceso es de máxima peligrosidad para la sociedad norteamericana.
Washington difundió un mensaje donde expresó que “no descansará hasta que sean llevados ante los tribunales todos los narcoterroristas.
Firmó el comunicado Robert Muller del FBI, la alta funcionaria de la DEA, Karen Tandy, y el Fiscal Kenneth Wainstein.
El subsecretario de Justicia del imperio afirmó que “trabajaremos con otras naciones para asegurarnos de que los narcoterroristas sean llevados ante los tribunales de Justicia de los Estados Unidos”.
Luego el secretario de Justicia imperial, John Ashcroft explicó enfáticamente que en la extradición de Simón Trinidad convergen dos prioridades de su gestión: “La prevención del terrorismo y la reducción del tráfico de narcóticos mortales e ilegales en este país”.
Narcotraficantes, ¿quiénes?
Algo para recordar que evidentemente no pudo hacer mister John y en cambio sí podemos hacerlo nosotros.
El 11 de noviembre de 1998, la prensa internacional sacudió al mundo con grandes titulares. En Argentina pudimos leer en Clarín: “Corrupción en las fuerzas armadas.” “Hallan un avión militar de Colombia repleto de droga.” “Esto fue descubierto en el aeropuerto de Fort Lauderdale, Estados Unidos. Un perro rastreador descubrió el cargamento. Son ochocientos kilos de cocaína. Renunció el jefe de la Fuerza Aérea.”
La noticia continuó: “dos semanas después de una exitosa visita al presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, un escándalo por tráfico de narcóticos sacudió ayer al gobierno del conservador Andrés Pastrana, luego de que la DEA retuvo un avión de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) en la base militar de Fort Lauderdale, Florida, con ochocientos kilos de cocaína en su interior valuados en 24 millones de dólares.”
El avión C-130 tipo Hércules, tenía en su interior 600 bolsas con cocaína. Es un aparato con capacidad de transportar 150 hombres armados y estaba en misión oficial.
El Departamento de Estado del imperio se apresuró a dejar aclarado que “el decomiso de la droga no afectará la cooperación entre ambos países contra el narcotráfico”.
En el mismo matutino en una nota de recuadro con el subtítulo Samper y el cartel azul, se lee otro comentario: “No fue ayer la primera vez que apareció droga a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Colombiana.
El otro caso fue nada menos que el del avión presidencial de Ernesto Samper Pizarno, un boeing 707, donde el 20 de setiembre de 1996 fueron hallados más de tres kilos de cocaína...
Luz Perly Cçordoba, otro caso de injusticia
El gobierno colombiano de todas las maneras continúa mostrando al mundo uno de los espectáculos más deplorables e injustos en el marco de la impunidad más vergonzosa.
Luz Perly se oponía con todas sus fuerzas a los atropellos que se cometen contra los obres en su tierra natal, hasta la noche del 18 de febrero cuando fue detenida en la Universidad Inca, mientras asistía a clases de derecho, para ser luego trasladada a instalaciones del DAS, en Bogotá.
Esta joven luchadora social es la Presidenta de la Asociación Campesina de Arauca; Secretaria General de la Federación Sindical Agraria, Responsable de derechos humanos de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO-CUT). Recibió el Premio de la Paz en Dinamarca, otorgado por el Comité Bjorneklo, organización responsable de escoger entre los candidatos nominados, en el Palacio Municipal de Copenhague. Sin embargo ella no pudo asistir al reconocimiento internacional, su detención lo impidió. Esta fue realizada por unidades de la Fiscalía General de la Nación y puesta a las órdenes de la misma Fiscalía, bajo los cargos de “rebelión y concierto para delinquir”.
Si bien sus derechos, así como los de otros luchadores son vulnerados en el Estado colombiano, no lograron bajar la moral ni acallar el grito de justicia que trasciende las fronteras de la patria.
Luz Perly tuvo durante cuatro meses la defensa de un abogado. Según expertos en el tema en derecho no pueden existir coetáneamente los cargos que pesan sobre la luchadora y lo fundamentan con estas características:
• La rebelión es un concierto para delinquir calificado, habla del fin que persigue el rebelde y que es el bienestar de la sociedad.El que se asocia para delinquir, en cambio, es alguien que comete delitos indiscriminados buscando el beneficio propio.
Las irregularidades presentadas en el proceso de investigación, donde existen todo tipo de contradicciones y equivocaciones, llevaron a la dirigente a realizar una ruptura con la justicia colombiana.
Así fue que renunció a su defensa alegando que el Estado colombiano no ofrece garantías procesales para los dirigentes sociales.
El Comité Bjorknelo, expresó respecto a la detención tanto de Luz Perly como de quienes se encuentran en sus mismas condiciones, o sea, acusados de rebelión y/o terrorismo, que dichas acusaciones “forman parte de una ola de represión que incluye asesinatos y torturas. Detrás de la violencia está el régimen colombiano que opera a través de las bandas de sicarios paramilitares y de las fuerzas de seguridad del país.”
El alcalde Per Bregengard en el discurso de bienvenida a la prensa danesa y otros dignatarios, virtió su opinión respecto a la detención: “La lucha contra el terrorismo sirve como pretexto para acallar y perseguir a los que luchan por una sociedad más justa.”
Dentro del proceso de esta luchadora se le solicitó a la fiscalía interrogar a la Dirección del DAS y a los agentes que intervinieron en la acusación.
Por su parte la Procaduría General de la Nación exigió se compulsen copias para que se investigue a los agentes que actuaron en la detención, por las conductas que desarrollaron en contra de la investigación, no obstante, el fiscal nunca se pronunció ante la solicitud de la Procaduría.
Y lo que es mas aún, la Fiscalía centra su actividad en la persecución de los líderes sociales y sindicales, judicializando en lugar de proteger.
La cifra que alcanza la impunidad en estos hechos bochornosos es del 97,7 por ciento.
Los desplazados son otros exponentes de la barbaridad. Todo aquel que cuestione el accionar del gobierno debe cambiar permanentemente su lugar de residencia.
En medio de las irregularidades resulta evidente que el fiscal tiene una postura clara en defensa de los intereses de la política de la “seguridad democrática.”
Nadie puede saber que destino le aguarda a esta joven madre de dos hijos, amada y admirada por la comunidad campesina en su conjunto y por las organizaciones internacionales que están trabajando para lograr su libertad.
Uribe está trabajando también para la extradición de la vocera de la ONG Rebelión, Cristine Lungar, danesa, acusada de “asociación para delinquir y ser apoyo de grupos terroristas.”
Por otra parte se tienen conocimientos de que Uribe anunció que no descansará hasta lograr la extradición de los voceros de Rebelión.
El gángster aseguró que seguirán utilizando los mismos métodos con que capturaron a Simón Trinidad y a Rodrigo Granda, sin dudas siguiendo las órdenes del capo mafia mayor, George Bush y los agentes del Mossad.
¿Podremos pensar entonces que su macabra telaraña se podría extender hacia las calles de la capital danesa o de cualquier país?
Perfil del genuflexo Alvaro Uribe
Este irrazonable personaje es el hijo de Alberto Uribe Sierra, conocido narco de Colombia, quien sufrió un arresto con posibilidades de extradición por sus sucios negocios alrededor del submundo de la droga. El libro “Los Jinetes de la Cocaína” de Fabio Castillo, comenta este hecho que concluyó en paz y armonía, para suerte del delincuente.
Gracias a la intervención del entonces Secretario de Gobierno de Medellín, Jesús Aristizábal Guevara, fue liberado, sabemos que la suerte siempre está del lado derecho. Y la injusticia también.
Don Alberto, luego, fue muerto por la guerrilla por sus fuertes acciones contrainsurgentes, y por ser el causante de tantos asesinatos de lesa humanidad.
Su hijo, Alvarito, durante su juventud fue alumno de los mejores colegios de Medellín, lugar de su nacimiento y escenario de las tropelías de su progenitor.
Obtuvo su título en Derecho y Ciencias Políticas, pero luego se especializó en Administración y Gerencia nada mas ni nada menos, que en la gran Universidad de Harvard.
En el ’88 fue honrado con el título de Asocciate Member de Saint-Antonys College en la Oxford University, de Inglaterra.
Siendo muy joven da sus primeros pasos dentro del ámbito político; entre 1980 y 1982 según describe el periodista Fernando Garavito, de El Espectador - hoy exiliado-, Alvaro entregó varias licencias de piloto a miembros del Cartel de Medellín. Pudo hacerlo gracias a su puesto de Director de la Agencia de Aeronáutica Civil de Colombia.
Con gran sentido de la “amistad”, brindó grandes posibilidades para que se realizaran vuelos con grandes cantidades de cocaína fuera de Colombia y hacia los propios Estados Unidos de Norteamérica, país que va primero en el ranking de países consumidores.
Según dicen, esto causó el retiro de su cargo.
Existen documentos que expresan que Alvaro Uribe, durante su mandato como Alcalde de Medellín, mantenía estrechos vínculos con Pablo Escobar para ejecutar en conjunto varios proyectos comunitarios.
A tal punto que llevaron a cabo la construcción de un barrio para gente pobre que se conoció como “Medellín sin tugurios”.
El imperio a través de Harvard auspició un programa de capacitación que incluyó a cerca de 50 mil habitantes de Antioquia, a través del cual crearon luego las “Convivir”.
La ambición de Uribe se centró en la construcción de su proyecto de Estado fascista, conocido como “comunitario”.
Llevó a cabo privatizaciones de empresas importantes, entregando la soberanía de su tierra al poder yanqui, entre tantas otras cosas.
Resulta mas que evidente
Pensar diferente en Colombia sitúa a cualquiera en el lugar de “objetivo militar” tanto para las autoridades como para los paramilitares, que al fin, vemos que son lo mismo.
En las zonas tomadas por esta mafia, las organizaciones sociales debieron abandonar su tarea.
Se apoderan de las cooperativas de trabajo y los jóvenes deben pagar una parte de su salario a la vez que son obligados a trabajar en el accionar espurio.
Ellos tienen sus propias autoridades, un ejemplo lo tenemos en Barranca Bermejo, donde el alcalde es precisamente un allegado a las fuerzas paramilitares y fue situado en ese lugar por ellos mismos.
No obstante tamaña impunidad, las denuncias que se hacen contra estas sucias estructuras son permanentes.
Cifras que estremecen
11 millones de colombianos padecen hambre; el 21 por ciento de la sociedad vive con U$ diario, sin embargo en medio de semejante desigualdad el gobierno optó por las privatizaciones de servicios básicos como la salud, la educación, el agua, la luz.
El 4 por ciento es dueño del 64 por ciento de las tierras más ricas.
Hoy en varias zonas están obligando a los pequeños productores a cultivar palma africana, cultivo que en pocos años inutiliza las tierras.
Lo que se podría emplear para levantar la alicaída economía colombiana está designado para la guerra. Una guerra cruel, infame, que deja miles y miles de muertos y desplazados.
Los paramilitares trabajan arduamente para la reelección de este personaje nefasto con el cual mantendrían su poderío y continuarían impunes.
Las Sociedades Militares Privadas (SPM)
El 13 de diciembre de 1998, un helicóptero donado por los Estados Unidos al Ejército colombiano, lanzó una bomba sobre el barrio Santo Domingo, caserío pobre donde vivían doscientas personas. El hecho dejó como saldo 18 muertos entre ellos 7 niños.
No es casual que cerca de ese pueblito pasara el oleoducto Caño Limón Coveñas propiedad de la petrolera yanqui Occidental, la que por su parte, contrató a la empresa privada Air Scan Internat, atemorizada porque habían detectado en la zona la presencia de una columna de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC).
Con el fin de exterminarla produjeron el aberrante acto y justamente quien dirigió el operativo masacre era un miembro activo de la Guardia Costera del Ejército norteamericano, sugestivamente gozando de sus vacaciones en ese momento.
En setiembre de 1999, el entonces presidente Andrés Pastrana, regresó de los Estados Unidos de Norteamérica con una fuerte ayuda del presidente Bill Clinton.
1700 millones de dólares no eran poca cosa, como tampoco el proyecto que los rodeaba; se trataba ni más ni menos que del financiamiento del Plan Colombia.
Como para no causar un gran revuelo en la sociedad nacional ni tampoco en el ámbito internacional, era necesario realizar las cosas con mucha inteligencia.
Sólo 400 militares fueron autorizados para trabajar en el flamante operativo “antinarcóticos” en el territorio, de manera que nadie pudiera siquiera suponer una intervención militar directa de las características de la de Granada, en 1983 o la de 1989 en Panamá.
Junto a dichos militares, pisaron suelo colombiano 400 contratistas civiles, contratados por el Departamento de Estado y la empresa Dyn Corp, hombres convocados de Guatemala, Perú y Honduras.
En realidad el hecho no fue sino la legitimación de esas empresas de seguridad privadas que ya venían operando en el territorio.
La Computer Science Corp. es una de las multinacionales vinculada a las fuerzas de seguridad estadounidense.
En el 2003 compró a Dyn Corp. ¿Qué son ambas?, pues Sociedades Militares Privadas (SPM).
La última instalada en Colombia a finales del ’93, participa junto a otras 30 en la lucha contra la guerrilla y en la represión de los movimientos sociales.
Todas contratadas por el Pentágono, el Departamento de Estado norteamericano o la US Agency for International Development (USAID), lo cual traducido significa agencia estadounidense para el desarrollo internacional, creada por John F. Kennedy en 1961, dicen que con el objetivo de fomentar la cooperación para el desarrollo y la ayuda humanitaria...
Resulta imposible dudar que defienden los intereses yanquis. En 1987 y contando con la anuencia del gobierno colombiano, grandes narcotraficantes y propietarios rurales (latifundistas) asociados con el cartel de Medellín contrataron a Hod He’hanitin (SPEARHEAD LTD.) para prestar servicios de entrenamiento a paramilitares.
Las instalaciones para el desarrollo de las actividades pertenecían a Texas Petroleum Co., mientras que las clases las dictaban oficiales del Ejército israelí y el Mossad.
Cumplieron un papel fundamental en la “limpieza” del peligro guerrillero y sus vínculos en las zonas petroleras y bananeras Finalizando los ’90 los paramilitares lograron adquirir helicópteros y personal para el mantenimiento de las máquinas y entrenamiento.
Los paramilitares no fueron una aparición espontánea dentro de la política colombiana; en realidad adquirieron su nombre con el fin de ocultar al cuerpo del ejército y a las fuerzas políticas que son sus verdaderos componentes.
Quedaba encubierto su accionar en el marco de la política de exterminio orquestada desde el interior de las estructuras mencionadas.
Grandes intereses trabajaron para que el congreso estadounidense aprobara el Plan Colombia, entre ellos las compañías petroleras asentadas en el país, las fábricas de armas y las mismas SMP.
Invirtieron para el proyecto más de 6 millones de dólares en lobby.
El gasto estaba más que justificado, los contratos habrían de permitirles el rápido reembolso de la inversión. El Banco Mundial también hizo su aporte al plan criminal.
De los 1.300 millones destinados al desarrollo del proyecto, utilizaron 30 millones para comprar al Pentágono un avión espía RC-7.
Las subcontratistas se instalaron en Tres Esquinas y Larandia, al sur de Colombia, donde están asentadas hace años fuerzas especiales norteamericanas, todo lo que allí se utiliza o consume es importado directamente del país del norte por las SMP.
El contacto con las compañías privadas lo hace gente de la embajada norteamericana, no aceptan controles del gobierno y quienes envían al país afectados al proyecto ingresan con visa de turistas.
Existen Sociedades Militares Privadas de todo tipo:
• Dyn Corp provee hasta de cocineros.
• Arinc construye sistemas de reabastecimiento de combustibles para las pistas de aterrizaje.
• El Grupo Rendón adoctrina a la Policía y al Ejército sobre las formas de implementar el Plan Colombia.
• ACS Defensa brinda apoyo logístico y asesoramiento al personal de la embajada afectado al Plan.
• Lockheed-Martin ofrece, entre otras cosas, asistencia a los helicópteros de combate y a los aviones de transporte de tropas.
• Northrop maneja la instalación de radares coordinados con sofisticados sistemas de espionaje aéreo. Entrena además a militares y paramilitares para “operaciones especiales”.
• Man Tech, TRW, Matcom o Alion, utilizan el sistema de avanzada tecnología y la intercepción y análisis de las comunicaciones.
Toda información va directamente hacia el Sistema de Reconocimiento del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) y a la Central de Inteligencia (CIA).
Pese a que para instalar todas estas “instituciones” en Colombia, contaron en primer lugar con el beneplácito de los gobiernos, tanto el Pentágono como el Departamento de Estado y la USAID, expresaron claramente que NO serán transferidos al gobierno la mayoría de los programas de asistencia militar y logística.
Esto lo enunciaron con un argumento claro, no están en condiciones para manejar esa información pues carecen de “capacidad técnica”, queda aquí confirmada la idea de “los idiotas útiles, títeres manejados o pobres lacayos”.
También se matan entre ellos
Desde finales del ’98 murieron en circunstancias extrañas mas de 30 mercenarios al servicio de estas empresas.
Todos ellos pertenecían a Eagle Aviation Service and Technology (EAST), firma subcontratista de Dyn Corp, involucrada en el escándalo Irán-contras como socia de la CIA.
Recordemos que ese escándalo fue por el financiamiento de los contrarrevolucionarios nicaragüenses con los beneficios de la venta de armas norteamericanas al Irán islamista, hecho que se produjo aún existiendo un embargo que en teoría imposibilitaba el hecho.
Varios “empleados” de la Dyn Corp murieron en circunstancias extrañas, ya sea por estrellarse el avión en que viajaban mientras fumigaban zonas cocaleras; por ataque cardiaco, por sobredosis de cocaína y morfina, o despedazados por la hélice de un avión.
10 empleados de Dyn Corp estuvieron implicados en tráfico de anfetaminas en el año 2000.
En mayo del mismo, la policía del aeropuerto El Dorado, de Bogotá, encontró frascos que contenían base de heroína, trasladados por Federal Express previo pedido de hombres de la Dyn Corp, con rumbo a la base militar en Florida (Patrick Air Force Base).
El pasado del caricaturesco presidente colombiano
Hace pocos meses se publicaron unos datos dignos de tener en cuenta al momento de hablar sobre este gobierno grotesco y burdo.
En setiembre de 1991 el Departamento de Defensa de Estados Unidos, recopiló una lista de personajes involucrados con el conocido Cartel de Medellín, organización narcotraficante.
En dicha lista, aparecen como asociados con este cartel de droga, abogados corruptos, asesinos, traficantes medios y personas conocidas de las más altas esferas políticas del país.
Quien encabezaba la lista era precisamente Pablo Escobar Gaviria, hombre de conocida trayectoria en el submundo de las acciones narcotraficantes unido al dictador panameño General Manuel Antonio Noriega.
El item que mas sorprendió fue el 82, donde quedaba expreso que Alvaro Uribe, por entonces senador de la nación tenía además otro cargo que era precisamente “colaborador del cartel” en los altos niveles del gobierno colombiano.
Y además estaba vinculado a negocios involucrados con la espuria actividad del narcotráfico en los Estados Unidos.
Agrega el documento que Uribe mantenía gran amistad con Pablo Escobar.
Resulta repugnantemente llamativo que precisamente hoy el gobierno yanqui caracterice a este siniestro personaje como el principal aliado de Washington en la “guerra contra las drogas”.
El informe del Pentágono surgió del Archivo de Seguridad Nacional, grupo no gubernamental de investigación con sede en Washington y fue precisamente el Pentágono quien prohibió que se dé a luz la identidad del autor de dicho documento.
Curiosamente el embajador norteamericano en Colombia en el año 1991 no recuerda dicho material.
2001 y el cambio del mundo
Luego de los atentados en Nueva York, el 11 de setiembre de 2001, las FARC-EP pasaron de ser denominadas fuerzas beligerantes a fuerzas terroristas.
En 2002 el Congreso estadounidense aprobó el aumento de las fuerzas especiales enviadas a Colombia – serían 500- y suprimió el límite existente hasta ese momento para las subcontratistas, autorizando un ingreso mayor. A la vez otorgó mayores poderes a esas y a las SMP.
Se puso en ejecución el Plan Patriota, lo cual representa extender el eje de la guerra, ahora hacia las zonas petroleras, linderas con Venezuela.
La insurrección armada obstaculiza el desarrollo de la explotación y transporte del petróleo, dado que ello implica solo un beneficio para las grandes multinacionales, no para el conjunto del pueblo.
Los mercenarios entraron en acción siguiendo pautas prefijadas por las grandes empresas como Texaco, la británica Defence Systems LTD. que entrenaba al ejército y a sus socios paramilitares por cuenta de British Petroleum, Total y Triton y lo hacía a través de la firma israelí Silver Shadow, que era la que le proveía de armas.
Alvaro Uribe fomenta la creación de un contingente de “soldados campesinos” así como el fortalecimiento de la red de informantes (sapos) que ya están actuando y son más de 3,5 millones de personas, con lo cual se puede asegurar que uno de cada diez colombianos es “sapo”. Pero el Torquemada contemporáneo necesita aumentar ese número.
En setiembre de 2003 aceptó firmar un acuerdo con Washington, por el cual el mismo se comprometía con el imperio a no enviar ante la Corte Penal Internacional (CPI) a ciudadanos norteamericanos que cometieran crímenes, a menos que tío Sam lo autorice.
Podemos asegurar que estos siniestros personajes tienen carta blanca para cometer lo que se les ocurra cometer.
Pero el gobierno colombiano, subordinado y genuflexo, sí envía ciudadanos, luchadores, para ser juzgados por el imperio.
Proyectos imperiales en América Latina
La ley Helms Burton, que tanto daño directo causara especialmente a Cuba, logró que el imperio extendiera sus intereses geopolíticos.
Así pudo penetrar las estructuras militares, ejecutivas y de inteligencia de los países de América Latina.
En México, Bolivia, Colombia, las embajadas y el Departamento de Estado norteamericano deciden qué ministros y qué oficiales militares son aptos para desempeñar sus cargos y quienes son los que deben dejarlos.
Desde luego sus “teorías” son aceptadas sin un mínimo de contraposición por los gobernantes de turno; los funcionarios del Buró Federal de Investigaciones (FBI) dirigen las pesquisas y utilizan a sus agentes latinos para la supervisión de las operaciones.
Todo un proyecto hegemónico fue trazado, acatado y desplegado.
Por medio de sus redes con las bases militares que tienen en Guantánamo, Ecuador, El Salvador, Aruba, pretenden colonizar el espacio aéreo en el norte de América Latina y en la región andina.
A partir de los repudiables atentados del 11 de setiembre de 2001, en Nueva York, el Departamento de Estado comenzó a hablar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), denominándolas ya no fuerza beligerante, como hasta ese momento, sino que las trasladó al lugar de organización terrorista.
En realidad todo aquel que se contrapusiera al proyecto inmoral del delirante emperador George Bush, adquiría una característica similar. El mismo se apresuró a declarar enfáticamente que “están con nosotros o están con el terrorismo”. No percibía en medio de su absurda crisis personal que justamente era lo contrario, “quien estaba con él estaba con el terrorismo, porque eran la misma cosa”.
Presa de una especie de locura mística, en medio de una ridícula y repulsiva declaración, dio la sensación que hasta era capaz de conectarse, vaya a saber por que vía, nada mas ni nada menos que con Dios. De su pútrida imaginación surgió aquel dicho grotesco “sabemos que Dios no es neutral”, dicho en otras palabras, según este César del siglo XX, el Supremo era su cómplice.
Un supuesto Bin Laden nuevamente le había resultado funcional, lo instaló en el orden de “guardián del mundo”, y lanzó su proyecto, el cual aún hoy y seguramente por mucho tiempo, seguirán lamentando los pueblos del mundo.
Para los objetivos de Washington, las FARC representan un peligro potencial, varios son los motivos que sustentarían esta teoría:
•De llegar al poder quedaría establecido un sistema socio económico o una política profundamente contrapuestos al neoliberalismo, que lograron imponer a sangre y fuego.
•Dejaría un precedente que demostraría claramente que los pueblos, las masas, pueden dar vuelta la historia de opresiones que impusieron ellos hasta el momento.
• Quedaría un margen alto de probabilidades para la conformación de una alianza entre Colombia, Venezuela, Cuba.
El imperio avanza, el Plan Colombia amenaza extenderse a Ecuador, Perú y no queda exento el norte del Brasil y luego el resto de la región. Por ello los denodados esfuerzos de profundización y despliegue de su programa de militarización que toma el nombre de Iniciativa Andina.
Por ese motivo Washington aumentó la ayuda tanto económica como con el envío de consejeros a esos países. Son continuas las operaciones militares a lo largo de los ríos de Perú y Colombia; tanto como los ejercicios conjuntos en los países latinoamericanos.
Entrenan mercenarios - que ya hemos mencionado en páginas anteriores -y estarían dispuestos para actuar allí donde se produjera cualquier tipo de “desorden”.
Al hablar del Plan Colombia estamos hablando de la política lanzada por EEUU para eliminar a las guerrillas colombianas y a toda expresión popular que se contraponga a su hegemonía, poner en marcha su aparato represor valiéndose del terror, aplicando éste a las comunidades campesinas, a las organizaciones de luchadores sociales, a la población civil desarmada, tildados todos de “apoyos de los movimientos insurgentes”
El foco de los conflictos con el imperio se encuentra en el triángulo formado por Colombia, Venezuela, Ecuador, pero tampoco podemos dejar de visualizar el descontento creciente que se manifiesta con fuertes luchas sociales en los países vecinos, lo cual los llena de preocupación.
La política de Chávez, que desmoronó el viejo sueño acariciado por Washington de mantener aislada a la revolución cubana se convirtió, para ellos, en una pesadilla.
La postura tomada por el mandatario venezolano marca una posición real y coherente con los discursos de su campaña presidencial. Chávez es muy distinto del resto de los gobernantes latinoamericanos, quienes antes de ser electos prometen la independencia del poder estadounidense y una vez instalados se entregan como corderos al mismo.
Chávez profundizó su crítica al neoliberalismo y al imperialismo luego de llegar al poder, rechaza la creación de bases militares, lanza un proyecto bolivariano de integración de los pueblos latinoamericanos.
En estos momentos anunció que próximamente expropiará mas de tres millones de hectáreas, para pasarlas a manos del campesinado pobre. Una reforma agraria con todas las letras.
Ganó varias elecciones, reformó las instituciones del Estado, como el Congreso y el Poder Judicial.
Todo esto molesta al monstruo depredador, la conciencia de los pueblos les aterra, porque como ellos no la tienen, saben que sólo pueden sostener la lucha apoyándose en lo desigual de sus fuerzas. No tienen otra forma.
En la década del 70 consideraban peligro potencial a los países del cono sur, Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay; para neutralizar ese efecto se valieron de los golpes de estado que confluyeron en dictaduras bestiales.
Durante los ’80, América Central configuraba ese mismo peligro, era un polvorín que se contraponía absolutamente al poder y proyecto yanqui. Las guerrillas en El Salvador, Guatemala, la revolución nicaragüense, afectaban los intereses geopolíticos del pulpo expoliador.
No les quedó otra o no encontraron otra manera para romper con ellas que militarizar la región. También entonces financiaron mercenarios, crearon los conocidos “contra”, todos bajo su orden.
Tuvieron éxito, desgastaron implementando acuerdos de paz que los beneficiaba.
Cuantiosas fueron las víctimas cuyas vidas fueron segadas, sangre heroica, revolucionaria, rebelde.
50 mil fueron los muertos en Nicaragua.
Mas de 200 mil, en Guatemala.
Mas de 75 mil en El Salvador.
Esos logros realizados en décadas anteriores, buscan repetirlos en Colombia.
Hoy el imperio más siniestro del cual tenga conocimiento el mundo, se asentó en Colombia, donde la insurgencia revolucionaria no baja los brazos, sino todo lo contrario, se extiende, resiste, teniendo influencia sobre una amplia banda que llega hasta las fronteras ecuatoriana, panameña, repitiendo su hazaña de este a oeste.
No es fácil la lucha que se presenta. Lo importante es que en cada uno de nuestros países de esta América Latina tan castigada, quienes padecen la sombra del horror que sabemos va a extenderse por todas nuestras geografías, estemos convencidos, adquiramos la conciencia y pongamos atención firme puès no estamos exentos de que nos suceda tambièn.
Estamos frente al resurgimiento del fascismo, con la figura de un desequilibrado mental, quien preso de una fuerte paranoia pretende instalar en el mundo la teoría absurda del “enemigo internacional” del cual debe defenderse el imperio.
En sus discursos deja bien expresado que todo país, grande o pequeño, en América o en Europa, que se contraponga o no apoye la política imperial, es un enemigo potencial, peligroso, del cual hay que protegerse.
Para ello obliga al resto de los países a intervenir atacando a “los focos peligrosos”.
Los sucesos del 11-S dieron un giro al proyecto, comenzaron a hablar de “guerra contra el terrorismo”. Es entonces cuando asume su fase real, es decir, la lucha anti subversiva en el continente.
La estrategia antiterrorista de Bush dentro del marco de la Seguridad Preventiva, consiste en habilitar todo el poder económico, político, militar para actuar en los países señalados como “tiranías”.
Ya antes de asumir el poder Alvaro Uribe, comenzaron a diseñar el Plan Patriota con la finalidad de golpear a FARC, pero no contaban con la capacidad operativa y militar de la guerrilla.
El ejército tiene 1200 bajas al mes, entre caídos en emboscadas, lisiados por minas; ahora la malaria y la lesmaniosis están causando estragos entre sus propias fuerzas.
Se suma a esto la disconformidad interna que están teniendo los soldados, hace unos meses un helicóptero fue tomado por un grupo de estos que exigían ser sacados de la selva.
Mientras el ejército llega al límite máximo de su potencial operativo, el desempeño de la guerrilla lo aumenta.
FARC pasó de ser una organización guerrillera a un ejército popular, sus estatutos internos expresan principios que van mas allá del derecho humanitario internacional.
El Plan Colombia está condenado al fracaso, igual que el Plan Patriota, pero mientras tanto deja un tendal de víctimas evitables en su cruel camino.
En los últimos meses Uribe se adjudicó algo que podríamos definir como dos logros importantes en su repugnante transitar los caminos del gobierno.
El secuestro de Rodrigo Granda y la extradición de Simón Trinidad a la cárcel del imperio no han sido hechos improvisados:
El secuestro se produjo luego que las FARC enviaran una carta a Kofi Annan en la cual elevaban su solicitud para participar en la Asamblea General de la ONU, para explicar al mundo las consecuencias del conflicto interno en Colombia, cuyo irrefutable origen es de características económicas, sociales y políticas.
Por otra parte la organización guerrillera elaboró una propuesta para encontrar la paz con justicia social y para emprender ese camino presentarían una propuesta global conocida por James Le Moyne, del mismo modo que de la voluntad de la guerrilla de definir con el gobierno un canje de prisioneros.
La respuesta en este caso fue bien notoria: la extradición de Simón Trinidad.
Para comprender mejor debemos aclarar que James Le Moyne era el representante de la ONU en Colombia, hombre muy crítico del Plan que se viene ejecutando y con posiciones claras al respecto.
Varias veces expresó “es un error pensar que las FARC son solamente narcotraficantes o terroristas, puesto que su columna vertebral es gente comprometida ideológicamente”, explicación con la cual estaba dando vuelta la historia oficial que pretenden que el conjunto del mundo asuma como algo lógico y natural.
Pero no quedaron allí las palabras del representante, fue mas allá al decir “no hay futuro en paz si no se hacen profundas reformas en el poder político y económico en Colombia”.
Fácil es imaginar que con estas posiciones lo menos que pudo lograr Le Moyne fue el odio de la casta dominante, oligarquía y gobierno.
¿Cuál fue entonces la reacción del sometido presidente? Declarar como persona no grata al representante personal para buenos oficios del secretario general de la ONU, Kofi Annan.
En abril y luego de cumplir su mandato de cinco años deberá dejar su cargo en el país de la impunidad y el odio indiscriminado.
Uribe se siente el triunfador absoluto.
No conforme con lo planificado hasta el momento, en una búsqueda compulsiva por generar más violencia innegable, este presidente con el apoyo económico y bajo la dirección misma del imperio, elaboraron el Plan Escudo, que consta de dos fases, ambas repudiables como toda ocurrencia perversa.
La primera consistió en el entrenamiento de las tropas encargadas de prestar vigilancia al oleoducto Caño Limón.
La segunda fase se concretará con la flotilla de helicópteros –8 Hynes y dos Black Hawk- bajo el mando de la Aviación del Ejército.
Para cumplir con esta etapa Estados Unidos financió la construcción del Campo Aéreo del Ejército en el Batallón Pizarro, en la localidad de Arauca.
60 contratistas y militares yanquis que llegaron en enero de 2003 son los encargados de las tareas relacionadas con “acciones sicológicas y jornadas de salud”.
Este plan cubre la ruta Caño Limón, la Pesquera, Arauquita, la Esmeralda, Saravena y Samoré, más de 800 militares custodian al frente de las operaciones.
Proyectos y agresiones imperiales al conjunto de América Latina
A partir de los 90 Estados Unidos se convirtió en la potencia hegemónica mundial, unipolar del planeta.
Con el fin de extender su dominio absoluto sobre el mundo diseño una serie de agresiones e imposiciones valiéndose de la CIA y de la DEA y sus respectivos servicios de inteligencia, como brazos ejecutores y sostén del proyecto.
Comenzó a implementar compulsivamente acciones agresivas, como por ejemplo el inicio de guerras donde considerara que podría existir o existiera algún tipo de hecho que pudiera contraponerse a sus designios.
Bajo el cobarde discurso de la libertad, la democracia y la defensa de los derechos humanos, que no son sino el encubrimiento de la protección de sus intereses geopolíticos, comenzaron a intervenir directamente en las cuestiones internas de cada país, así como en los procesos democráticos y electorales, pisoteando con saña criminal la libre autodeterminación de cada pueblo.
Invierten miles de millones de dólares en el desarrollo de programas de guerra sicológica comprando medios de información.
Así atacan directamente cada país que puede significarles un potencial “peligro o amenaza”. Fuimos testigos de ese accionar cobarde en el Chile de Salvador Allende, la Nicaragua de Ortega, además de El Salvador, Honduras, Guatemala, Brasil.
Por supuesto en su escalada necesitan de la complicidad de los gobiernos sometidos, carentes de moral, dignidad y todo lo que tenga que ver con la grandeza. Alvaro Uribe es el típico exponente de estos lacayos pero no el único, por supuesto.
El FMI, el BID, la CIA, son algunos de los soportes del proyecto imperial.
La CIA cumplió un rol fundamental y cuenta en su transitar con una larga lista de hechos aberrantes en América Latina, de los cuales recordaremos algunos:
•1954: derrocamiento en Guatemala de Jacobo Arbenz, ejecutor de obras y leyes sociales de neto corte popular que atentaban con el proyecto de los abominables, especialmente la Reforma Agraria que perjudicó los intereses de la United Fruits.
•1963-Ecuador: derrocamiento del presidente Carlos Julio Arosemena Monroy, hecho que desembocó en la instalación de la Junta Militar que produjo muertes, cárcel, exilio de millares de ecuatorianos.
•1965- República Dominicana: derrocamiento de Juan Bosh seguido por una invasión de Estados Unidos.
•1973-Chile: derrocamiento del presidente Salvador Allende, seguido por la brutal instalación de la Junta Militar mas cruel que se recuerde en el suelo hermano.
•Durante la década del 80 Centro América fue el campo de ensayos de la guerra contrarrevolucionaria del imperio. Tropas y agentes de la CIA operaban en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. Fueron creados los contra mercenarios financiados por la Central de Inteligencia Norteamericana. Montan la operación Irán-contras, que vendía armas a Irán a pesar de la prohibición del Congreso de los Estados Unidos. A su vez con el dinero de la compra-venta de drogas financiaban la compra de armas, explosivos, material bélico y pagaban los sueldos de los mercenarios, quienes ejecutaban brutales asesinatos entre el pueblo nicaragüense.
•1981: saboteo del avión en que viajaban el Presidente Jaime Roldós y su esposa, hecho confirmado por el presidente Abdalá Bucaram, socio directo de esta central.
•1983- Granada: asesinato del Primer Ministro Maurice Bishop e invasión al país por tropas norteamericanas.
Así mismo cometieron atropellos en cada país, no podemos dejar de mencionar las agresiones sufridas por Cuba durante 45 años.
Quedó estampada en las hojas de la historia la invasión a Playa Girón y el heroísmo de ese pueblo para repeler a los agresores. Ejecutaron contra la isla ataques terroristas, guerra químico bacteriológica que causó dengue hemorrágico, fiebre porcina, plaga del moho del tabaco.
El sabotaje al barco francés La Coubre mientras descargaba en el puerto de La Habana, el 4 de marzo de 1960.
6 de octubre de 1976 estallido en pleno vuelo de un aviòn de cubana recién despegado de Barbados. Incendios, secuestros de pescadores cubanos en alta mar en los años `60 y `70; el conocido caso del niño Elian entre 1999 y 2000.
En los atentados sufriedos por el pueblo cubano perdieron la vida 3478 personas, mientras 2099 quedaron lisiadas.
Sin dejar de mencionar los cientos de atentados contra la vida de Fidel Castro Ruz, fenómeno máximo de la historia contemporánea.
Hoy estamos viviendo otra agresión imperial contra el país mas pobre de América Latina e incluso del mundo, Haití. Allí lograron derrocar al presidente Aristide dando paso al resurgimiento de la violencia militar y paramilitar; sus acciones están orientadas hacia la instalación de una nueva base militar bajo el nombre “Centro Operativo de Avanzada”, FOL, que es el complemento de otros ya existentes en el Caribe, como los elementos emplazados por el Pentágono y la CIA en Aruba y Curazao.
Esto agregado a las bases operativas existentes en El Salvador, Comalpa, en Ecuador, Manta.
Próximamente se instalarán nuevas bases para la fuerza aérea expedicionaria en Perú, Bolivia, Argentina, Chile y en la Cuenca Amazónica.
Todas estas deben estar conectadas con el Centro Espacial de Guerra que funciona en la Base de la Fuerza Aérea Schiever, en Colorado, EUA.
Por supuesto el objetivo central no es otro que convertir a los pueblos de América en neocolonias, para adueñarse de los recursos naturales, especialmente de las grandes reservas de agua y oxígeno en la Amazonia, además de las presiones económicas, políticas y militares que ejercerán sobre nosotros
Según el periodista argentino Carlos Fazio, todas las medidas que implementa el imperio son realizadas gracias al aporte de la Fundación Heritage, organización con gran influencia en el partido republicano, que a la vez “recomendó” fortalecer el papel del Comando Sur en el Caribe, ante la amenaza terrorista que representan Cuba y Venezuela.
Estamos seguros entonces, que la base FOL servirá como una rampa de lanzamiento para una eventual agresión militar contra Cuba y Venezuela, además de convertirse en “garante” de la seguridad de Washington en el Golfo de México, suelo rico en petróleo y gas natural.
Conclusiones
Estamos frente a una escalada criminal que responde a un amplio proyecto o programa de expansión absoluta de la superpotencia hegemónica. Millares de muertos quedan como saldo de dicha escalada, sangre de los pueblos pobres, dolor y padecimiento.
Hambre y miseria que aumenta cada día en países riquísimos en cuanto a recursos naturales, hoy pauperizados absolutamente.
Gobiernos entreguistas, corruptos, subordinados, son el brazo ejecutor del propósito imperial, reproductores de un discurso falaz que indica que todo aquello que se oponga a la realización de los designios será considerado terrorista.
Hoy en nuestro país y en vísperas del arribo del secretario de Defensa del imperio, Donald Rumsfeld, el comandante del Comando Sur, general Brantz Craddock, sentenció que la prioridad número uno de las fuerzas norteamericanas que comandan la región, es la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Craddock es un directo admirador del éxito obtenido por las fuerzas armadas colombianas en su lucha contra esos dos flagelos. ¿De que éxito habla? No sé…
¿A qué viene Rumsfeld entonces? De hecho siente una gran preocupación y ejerce fuerte presión para que las fuerzas armadas de la región se coordinen e involucren en la lucha contra el supuesto “terrorismo”.
El escándalo de Southern Winds preocupa mucho a los paladines de la democracia. Hoy consideran que Argentina es no sólo un país de tránsito sino que accedió a la escala de país de consumo, hay estadísticas que les indican que nuestro país ocupa el 5º lugar según la proporción de consumidores de coca en relación con la población.
Por supuesto no buscan ni mencionan a quienes la introdujeron para luego instalarla como moda, vienen a mi memoria personajes siniestros y conocidos por todos, quienes lograron llegar al poder gracias al “aporte” del narcotráfico internacional y parecen ser intocables, impunes…
En Colombia reciben el rótulo de “terroristas” la guerrilla, los luchadores sociales y políticos, los que sueñan la libertad de sus pueblos.
Todos esos que jamás invadieron soberanía de países hermanos, que no realizan atentados criminales, que no torturan, que no someten.
Todos aquellos que no arrojan bombas de altísimo poder destructivo sobre pueblo alguno.
Todos aquellos cuyos principios se basan en el respeto y sobre todo en la solidaridad para con el dolor de los pobres, de los excluidos, de los olvidados.
Todos aquellos que ven correr diariamente la sangre de miles de inocentes que no tienen acceso a las necesidades básicas, los que transitan las calles de sus pueblos con la soledad del silencio, compañero definitivo de su dolor incalculable.
Todos aquellos que sufren con el abandono de su gente y se animan a gritar su bronca, porque el llamado de la urgencia le deniega permiso al miedo. Los que cuando empuñan sus armas apuntan hacia arriba, hacia los ideólogos y ejecutores del verdadero genocidio, nunca contra sus hermanos de padecimientos y olvido.
Todos aquellos que sueñan convertidas en realidad las palabras sabias de un Fidel que asegura y deja impresa en las conciencias de los justos aquello de que otro mundo mejor es posible.
Del otro lado, de la historia de la vergüenza se sitúan los miserables, los corruptos, los asesinos, que no tienen forma de justificar sus crímenes y los realizan con la misma facilidad con que se llenan los bolsillos, idiotas útiles de un proyecto de la más baja calaña, de la cobardía más ruin y repugnante.
Cada quien sabrá situarse del lado que mejor le siente, lo importante es que tengan la valentía de reconocer donde ubicar su lugar, pero por favor sin olvidar nunca que es hora de firmes definiciones.
Muchas veces impresiona o suena duro llamar a las cosas por su nombre, so pena de pasar a convertirse en un “sospechoso” mas. Pero recordemos que, si hasta ahora el discurso de los verdaderos terroristas prende en muchos espacios, entre la población en general, es porque ese discurso es directo y contundente. Ellos nos aventajan en su unidad, para desestructurarnos, para aniquilarnos. Mienten sabiendo que lo hacen, y sabiendo que todos saben que lo hacen, desparraman sus hipocresías con la facilidad que caracteriza a los rufianes.
El miedo paraliza, no construye y a eso apuntan ellos, a nuestra parálisis absoluta hasta de razonamientos.
Debemos tener en cuenta que la solidaridad internacional juega un papel esencial en el proceso que posibilite la salida a la paz del país hermano. Pero hablamos de una paz con justicia social. En estos momentos es imprescindible realizar campañas en las que se exija al gobierno colombiano: el cese del terrorismo de Estado. la urgente libertad de los presos políticos, sociales, el fin de las persecusiones, de los asesinatos, de los desplazamientos, del horror.
La historia será quien defina estas cuestiones no dirimidas hasta el momento. Y la historia de los pueblos es sabia, mas temprano que tarde tendrá la última palabra.
El grito de libertad es imparable, no lo detienen los implacables barrotes de las cárceles, ni el juicio absurdo, ni el rugido atronador de los aviones descargando toneladas de bombas inteligentes, mucho menos las persecuciones ni las detenciones arbitrarias. No es matando a los luchadores que se acaba con las luchas, ya que para que estas existan debe antes haber situaciones que las exijan.
El grito de libertad trasciende la historia, la sangre de los caídos no puede silenciarse, por mas dinero y poder que empleen para ello.
Considero que el deber que tenemos quienes nos contraponemos por moral y por convicción al genocidio, al hambre, a la miseria, a la falta de salud y educación, a la desocupación, a la explotación, a la marginación, a todos los flagelos que nos imponen los poderosos y sus lacayos absurdos, es mantenernos firmes en nuestras posiciones y continuar la lucha que emprendamos, cada uno desde el lugar que sienta que debe hacerlo, que pueda hacerlo, para parar el avance de este monstruo que se expande con pasos acelerados, pero que seguramente no puede ser invencible, mucho menos si logramos la unidad que tanta falta hace y parece tan difícil de alcanzar.
Porque no hay nada que pueda detener el grito de los que exigen justicia y libertad.
Por Colombia y su pueblo.
Por Cuba y por Irak.
Por el mundo en vías de extinción.
Por los pueblos masacrados.
Por los niños que padecen.
Por los jóvenes explotados y excluidos.
Por los revolucionarios del mundo.
Por nuestra América Latina.
Contra el imperialismo asesino, bramen nuestras voces hasta el día de la victoria final.
Es el deber que tenemos por la memoria de nuestros héroes, de nuestros desaparecidos, por nuestras patrias, por el futuro, por las generaciones que nos sucedan.
Es el deber que tenemos con la historia. ……………………………….. Lea www.redvoltaire.net
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